JORNADAS ANUALES


DE CARTELES

XXXI Jornadas Nacionales de Carteles

Actividades preparatorias

Noche de Carteles: "La experiencia inédita del cartel" en la EOL Sección La Plata, 24 de agosto

Reseña

Expositores: Belén Zubillaga, Lucas Leserre y Andrea Zelaya
Coordinación: Stella López

El pasado miércoles 24 de agosto en la EOL Sección La Plata tuvo lugar la cuarta noche preparatoria hacia las XXXI Jornadas Nacionales de Carteles: "Movimiento de Escuela" que tendrán lugar en la ciudad de La Plata el 24 de septiembre en el Colegio Nacional "Rafael Hernández".

Bajo el título "La experiencia inédita del cartel" y con la coordinación de Stella López, conversaron Belén Zubillaga, Secretaria de Carteles de EOL Sección La Plata; Lucas Leserre, Secretario de Carteles de la EOL y Andrea Zelaya, presidenta de la EOL.

Stella López presentó la imagen que acompaña a estas XXXI Jornadas "Un intruso en el Paraíso" -obra de Gabriela Boer, artista platense- tomando del arte cinético referencias del movimiento, imágenes que se sienten en movimiento, y requieren la participación activa del espectador, la tridimensionalidad, que busca hacer tropezar el ojo, y romper con la idea de marco, y la invención.

Belén Zubillaga, primera en tomar la palabra, con su trabajo "Alegría lacaniana"; recortó ambos significantes del título de la noche: experiencia e inédito.

Experiencia que supone el cuerpo y no se agota en el desciframiento, e inédito y deseo del analista, en tanto no hay identificación al sujeto supuesto saber, se conjugan para fundar un dispositivo anti-aburrimiento.

Tomó de Andrea Zelaya en "El manifiesto por lo joven", la dimensión viva y aireada del cartel encontrando para la permutación y disolución, enclaves a lo vivo, no tornándolos en mandamientos de cartel, en "instructivos" de cartel, en lo instituido del ideal de cartel.

¿Cómo mantener joven el cartel? -se interroga Belén. El saber alegre lejos de la eternización y aplomo del saber es el que permite pasar de la impotencia de la tristeza a lo imposible de saber, haciendo lugar a ese otro goce.

Lucas Leserre, y su trabajo: "El cartel: corazón de la Escuela", comenzó por transmitirnos la resonancia de pensar al cartel-corazón, tal como Adrián Scheinkestel lo había nombrado en una conversación informal. Metáfora de órgano base, dispositivo privilegiado a la hora de llevar el cartel a las vecindades. En palabras de Blanca Sánchez, citadas por Lucas, "no se trata de entrar a la Escuela sino que la Escuela entre en cada uno, en una singular topología". "Yo vengo a ofrecer un cartel"- bromeó parafraseando a Fito Páez, en el intento por nombrar algo que se porta, experiencia singular e incomparable con un lógica totalmente diferente a la de ir a la Escuela o la universidad en busca del psicoanálisis.

Retomando la inspiración Lacaniana de cartel, se tratará para él de hacer mella en la universidad llevando la experiencia inédita de cartel. Experiencia que no está dada por el hecho de estar en uno, lo que lo lleva a considerar entonces la función más-uno: esencial, encarnada en alguien e introduciendo lo que se infinitiza en el concepto.

Andrea Zelaya toma como punto de partida, lo real como invención frente a lo imposible de saber. El cartel como lazo social es la matriz para poder leer por qué está en el origen de una Escuela y es un medio de trabajo en ella. El cartel partenaire-Escuela tal como subtitula su escrito, está en la base, en tanto es un nuevo lazo fundado en la hiancia, en el rasgo de cada uno. Se trata -dirá- de incorporar lo que agujerea en cada uno y cava el vacío. Será función del más-uno, descompletar, restar la compulsión a cerrar, sosteniendo la abertura al enigma. "es este movimiento al interior del cartel el que funciona como banda moebiana en los lazos libidinales al interior de la Escuela"

Si hay la Escuela y hay el psicoanálisis, entonces: ¿podría el cartel funcionar como cuerpo hablante cada uno inscripto en una Escuela? ¿La Escuela funcionaría como más-uno causando a la producción de un discurso en el que circula en ella? Se pregunta a la vez que y a la vez nos interroga Andrea.

En todo caso se tratará de practicar para enfrentarse a un saber que sustenta su construcción por retazos, por agujeros de lo imposible de simbolizar, de lo que es inherente a la condición de la práctica del cartel en su producción. El cartel no es un fin en sí mismo sino el medio por el cual se hizo una inscripción de Escuela. El cartel hace cuerpo de Escuela a la Escuela sujeto.

Lo inédito del cartel es que se instituye en instrumento para la enseñanza sobre lo real en juego y reducir lo imposible de lo real y así pasar a un decir singular y que recomience.

Tras una animada conversación sobre: la función del más-uno y la importancia de su producto, la conformación de carteles por parte de estudiantes, la diferencia del discurso universitario y la Universidad, los carteles para actividades de y en gestión, entre otros, se invitó a continuar el conversando el sábado 24 de Septiembre en las ¡próximas Jornadas Nacionales de Carteles!

Martina Petti