Secretaría de carteles: ¿Cuál es el aporte distintivo que podría tener el cartel en la investigación y formación en el ámbito hospitalario?
Noelia Mayer: En el ámbito hospitalario, conviven diversos discursos y diferentes maneras de acceder a la formación. El discurso médico funciona como amo y ordenador de la práctica hospitalaria, pero comienza a ser agujereado y cuestionado por las urgencias subjetivas, por lo que escapa al discurso de la ciencia, por lo que no es medicable, y sin embargo, necesita ser tratado. Otro modo, conocido y regular, de acceder a la formación en servicio, es a través del sistema de residencias y concurrencias, que permiten acercarse a la casuística hospitalaria rápidamente. También existen los comités de ética, de docencia e investigación, entre otros dispositivos que han ido allanando un lugar, para poder dar respuesta a los problemas de la vida cotidiana desde "el saber". En ese transitar hospitalario, uno se encuentra trabajando en equipos conformados por diferentes profesiones, estudiantes, entre otros varios intervinientes, que muchas veces se encuentran alejados, o no, del psicoanálisis. El cartel, puede funcionar como un dispositivo amable, posibilitando y motorizando las búsquedas de aquello que se desea investigar, leer o poner en tensión. El cartel, como "elaboración provocada", permite poner al trabajo conjunto a diferentes participantes, siendo lo distintivo, que la investigación o eje de formación, será tomado de acuerdo al rasgo de cada integrante. Según mi experiencia, esto permitiría la interlocución con otros discursos, sin perder de vista que "cada uno está en el cartel en calidad de […] cada uno con sus insignias", tal como sostiene Miller en "Cinco variaciones sobre el tema de la elaboración provocada"[1]. El cartel permite dar lugar a los nuevos interrogantes de la época, de manera respetuosa y singular.
S. C.: ¿Puede ser el cartel un modo de tratamiento del malestar institucional?
N. M.: Sí, justamente una respuesta adecuada ante el malestar institucional, podría ser el trabajo en carteles. Sería una forma de oposición desde una lógica colectiva, a ese malestar inherente al "sistema de salud". En mi experiencia, la elaboración en un cartel clínico, acompañó mi trabajo en un equipo de sala de internación de un hospital general, pudiendo sostener los debates clínicos y epistémicos de los pases de sala, repensando la casuística actual. Fue a partir del trabajo con otros en el cartel, que pude ir bordeando las imposibilidades, pero sin quedar adherida a ello. El trabajo en instituciones tiende al borramiento de lo singular, por lo que el trabajo en carteles permite interpelar la práctica hospitalaria, a partir de esa elaboración colectiva, pero de producción individual, donde cada uno tiene su responsabilidad en lo que investiga y produce. Esto podría ser consonante con lo que propone Miller, describiendo "un enjambre", que cuando está bien formado cada cual tiene sus razones para estar ahí. Así, el psicoanálisis -extendido a través del cartel- le puede brindar al hospital su capacidad de transformación.
NOTAS
* Lic. en Psicología. Sala de internación y consultorios externos, Hospital SAMCO "Ricardo Nanzer", Santo Tomé, Santa Fe.