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NUEVA SERIE #4

Entrevista a Lucia Marquina*

Secretaría de Carteles: ¿Cuál es el aporte distintivo que podría tener el cartel en la investigación y formación en el ámbito hospitalario?

Lucía Marquina: El cartel se propone como un movimiento hacia la escuela que a su vez se prosigue hacia afuera, lo que se da a llamar "sus vecindades". La pregunta sobre los efectos de formación e investigación que el cartel podría tener en mi práctica en un Centro de Salud Comunitario (CESAC), institución en la cual recibo niños y adolescentes, me llevó a pensar en dos carteles donde trabajé un caso clínico que me interrogaba por sus dificultades, cuyo producto fue la escritura de un trabajo para las Jornadas de carteles y otro para el Encuentro Americano de Psicoanálisis. La investigación a partir de los rasgos que había elegido -primeras entrevistas en el análisis de niños y operaciones lógicas y sus efectos- ponían en tensión los conceptos teóricos con la práctica, renovando el deseo de saber que repercutió en mi inserción en un espacio que lejos se encuentra de la Escuela lacaniana. Podría decir que uno de los resultados fue el efecto renovado en las intervenciones y discusión con otros discursos: médico, pedagógico, jurídico, donde se pone en juego lo que del cartel me fue develado: la formación no es un todo, hay efectos que no son sin los otros y que "la enseñanza del psicoanálisis no puede transmitirse de un sujeto a otro sino por las vías de la transferencia de trabajo"[1]. Las particularidades que hacen al cartel constituyeron una renovación en la discusión activa con otros discursos haciendo valer mi enunciación, por ejemplo, en la aplicación de protocolos que constantemente se ponen en marcha en las instituciones cuando se trata con lo real del padecimiento de cada sujeto.

S.C.: ¿Puede ser el cartel un modo de tratamiento del malestar institucional?

L. M.: Existe una relación entre cartel e institución hospitalaria. El cartel se propone como alternativa a la burocracia institucional y como preservación de lo heterogéneo y singular cuya "incomodidad" hay que resguardar, siendo la alternativa a lo universal que anida todo grupo. El cartel puede ser un tratamiento al malestar institucional ya que se presenta como una forma de tratar lo real con otros, investigando, conversando y, al decir de Tarrab, "se construye la vigencia del psicoanálisis lacaniano en nuestra época"[2]. De la participación en carteles surge la perspectiva de la reinvención de los conceptos, siendo lugares de refugio contra el malestar. Recientemente en un ateneo del CESAC se preguntaban qué hacer frente a este malestar que habita en cualquier institución, donde lo real sin ley puede emerger en cualquier momento. Intento una respuesta posible: juntarse, hacer ateneos, discutir los casos clínicos, trabajar con otros, supervisar y, por qué no, formar carteles.

NOTAS

* Lic. en Psicología. CESAC n° 12, ciudad de Buenos Aires.

  1. Lacan, J. (1964) "Acto de fundación", Otros escritos. Buenos Aires, Paidós, 2012, p. 254.
  2. Tarrab, M. (2023) "Tres para el psicoanálisis: cartel, Escuela y pase", Revista Virtual de Carteles La 4+1, nueva serie, n. 3. Bs. As., EOL, en: https://www.cuatromasunoeol.com/edicion/003.textos-de-orientacion.mauricio-tarrab