Secretaría de Carteles: ¿Cuál es el aporte distintivo que podría tener el cartel en la investigación y formación en el ámbito hospitalario?
Agostina De Luca: Por el órgano-cartel, podríamos decir, se da respiración. El dispositivo del cartel, sostenido en la práctica de la permutación y la función del más-uno, permitiría entonces dar respiración a la lógica institucional hospitalaria; y con cada respiro, salir del anonimato, haciendo valer la enunciación.
Es preciso señalar que en la investigación y formación en las instituciones hospitalarias, además de la jerarquía, que como afirma Lacan, "no se sostiene sino por administrar el sentido"[1]; existe una tendencia a tapar la enunciación con "enunciación colectiva". Que en nombre de lo colectivo, por ejemplo de un "servicio hospitalario", se ceda la propia enunciación.
Por lo cual, la definición de llevar el cartel a la vecindad del Hospital, sería una apuesta a introducir en acto la política lacaniana que, como bien recupera Mauricio Tarrab, "es una política de la enunciación"[2]. Para alojar "una enunciación que no es colectiva"[3]; para provocar "un remolino"[4] en los muros del Hospital.
No se tratará de preservar lo analítico contra lo institucional, sino de "preservarlo en lo institucional"[5].
S.C.: ¿Puede ser el cartel un modo de tratamiento del malestar institucional?
A. D. L.: De la agudeza lacaniana en decolaje[6], con la que afina la formalización del cartel en cinco puntos, podemos deducir -en efecto- que el dispositivo del cartel opera, él mismo, como un modo de tratamiento de los efectos de pegoteo, de masa, de los embrollos imaginarios. Por lo que considero que la puesta en marcha de su lógica en una institución es en sí misma una intervención, que habrá que leer por sus efectos.
Como ha comentado Marina Recalde, el cartel "sirvió muchísimo para poder trabajar cuestiones que de otro modo probablemente no se hubieran trabajado. [...]. El cartel puede ser un dispositivo para dialectizar esos restos, que muchas veces pueden ser de odios o prejuicios, y poder así realizar un trabajo en común"[7].
Operar, tratar, dialectizar y superar. "La máquina de guerra contra el didacta y su pandilla"[8], puede ser la vía donde se produzca una torsión que habilite una lectura de ese malestar.
NOTAS
* Lic en Psicología. Concurrente, Hospital Infanto Juvenil Dra. Carolina Tobar García, ciudad de Buenos Aires.