Secretaría de Carteles: ¿Cuál es el aporte distintivo que podría tener el cartel en la investigación y formación en el ámbito hospitalario?¿Puede ser el cartel un modo de tratamiento del malestar institucional?
Virna Ventimiglia: Convocada a escribir en la vecindad, la juntura entre un espacio de un cartel de investigación y formación, y su articulación con el ámbito hospitalario, parto de mí propia práctica en el hospital, que me llevó a armar un lazo con otros colegas de otros hospitales, formando un cartel en curso.
Nos convocó al trabajo de investigación las dificultades en las presentaciones actuales, sus puntos de imposibilidad, lo real de la clínica en el ámbito de la salud pública. Teniendo en cuenta el contexto de cuestionamiento al psicoanálisis desde los universales que comandan los discursos de salud, y el auge de lo comunitario y el neurocognitivismo imperante. ¿Qué lugar hay allí para el discurso analítico?
A lo largo de mi experiencia como practicante, privilegiando el análisis personal y el control de casos en mi formación, fui eligiendo diversos espacios: residencia hospitalaria, seminarios en el IOM2, grupos de estudio, universitarios en la maestría, y otros.
¿Cuál es el rasgo que distingue los efectos de formación que pueden darse por el dispositivo del cartel y qué aporta de diferente a la investigación en el hospital?
El cartel como modo de habitar la Escuela, dispositivo de ruptura con los estándares de investigación, con el saber repetido, acabado, de protocolos. Lazo de trabajo y conversación permanente a partir del malestar en la cultura, que provocará la pregunta, el deseo de saber, y dará lugar a las producciones singulares que emergen de este movimiento colectivo.
Si el Discurso del Amo comanda la institución hospitalaria, su envés ¿Sería un modo singular de abrirse al discurso social en este ámbito?
¿Tendría un uso posible el cartel en la época actual, como tratamiento de lo real, del malestar que lleva a investigar, a producir algo propio?
Me interroga cómo se articula el cartel, que es la propuesta de trabajo de la Escuela, a la institución hospitalaria, cómo se aproxima, o se aleja de la experiencia en salud.
Si los discursos se definen según el agente, resguardando un imposible al que se intenta dominar, como modos de tratamiento del goce, el discurso del analista va a contrapelo de la posición de dominio, instalando un nuevo modo.
"Los cuatro discursos son, por decirlo así, cuatro tipos de dominio, pero también podemos tratar a cada uno como modos de provocación"[1].
Se tratará en la investigación, de no suturar la hiancia en el saber, no elidir lo real que emerge en la clínica, en el malestar institucional, en los equipos, sino por el contrario hacer a partir de ello un trabajo en espiral que permita producir algo nuevo. Que haya efectos subjetivos de esa provocación.
NOTAS
* Lic. en Psicología. Servicio de Pediatría, Hospital Municipal "Nuestra Sra. del Carmen", ciudad de Chacabuco, Bs. As.