Secretaría de Carteles: ¿Cuál es el aporte distintivo que podría tener el cartel en la investigación y formación en el hospital?

Ignacio Álvarez Cardona: Comienzo por aclarar que mi llegada al cartel es reciente, a diferencia del trabajo en hospital que es más antiguo. Sin embargo, estas preguntas me hacen pensar que estaba ya ahí.

El uso del condicional me sirve para pensar lo posible de esta intersección. El hospital como institución apunta sobre todo a una función de oferta de servicio. La investigación y formación se subordina a la inercia asistencial que tiende a un funcionamiento burocrático. Considero que lo que aporta el hospital es el sustrato clínico para una investigación. La orientación analítica permite otra manera de encar(n)ar la práctica y la lectura clínica.

La comparación cartel y hospital me resulta difícil. Pienso que trabajar en un cartel resignifica el modo de trabajo en el hospital. El efecto de formación en psicoanálisis cortocircuita aquella tendencia al para todos que enmarcan las normas asistenciales. De esa manera se encuentra un límite gracias a la formación cara a lo heterogéneo que despierta el psicoanálisis, tal como propone el trabajo en un cartel.

S. C.: ¿Puede ser el cartel un modo de tratamiento del malestar institucional?

I. A. C.: El discurso del amo no quiere saber nada del imposible, pero ese imposible se impone. Tomando las palabras de Xavier Esqué "donde y en qué condiciones el analista puede hacerse un lugar como síntoma de la institución"[1].

El desconocimiento está justamente en que entre mayor es el intento de desconocer lo imposible y llevarlo hacia un sistema homeostático: protocolo, guías, clasificación, etc., mayor es la emergencia del malestar.

Otra propuesta, elaborar algo del goce, que como tal siempre resiste. No había pensado en el cartel como modo de tratamiento de ese malestar en el hospital. ¡Es una pregunta que despierta y orienta!

De cierta manera se trata de mantener una docta ignorancia, un modo solidario a la función del deseo de saber separado de la garantía. Como dice J.-A. Miller: "hacer agujeros, producir algo nuevo"[2].

Montar este tiempo segundo, el de la investigación, sostener el suspense, en souffrance permite tratar ese malestar, es decirESTAR en el hospital, orientarse por el psicoanálisis, trabajar en cartel e intentar que se produzca eso que Mauricio Tarrabpropone, un significante vacío en la institución: "Un significante vacío tiene función eminentemente política cuando no se sabe muy bien lo que quiere decir y eso permite alojar múltiples significaciones"[3].

Entonces: clínica, transferencia y política.