4 Más uno

NUEVA SERIE #4

¿De qué trata la investigación en psicoanálisis?

Marilsa Basso*

En esta pregunta está implícita la cuestión de la formación del analista, un tema sobre el que nunca dejamos de trabajar y en el que estamos implicados desde el inicio de nuestra experiencia. Entre los complejos factores que intervienen en esta formación, destacaría el deseo de saber, la enseñanza y los discursos.

Lacan sitúa el "imposible de enseñar"[1], a continuación del imposible de educar, gobernar y analizar, que enunció Freud, apuntando a un posible de transmitir. Pero, ¿cómo transmitir lo que no se puede enseñar? Se trata de transmitir experiencias, pero ¿qué es una experiencia y cuál es la particularidad de una experiencia analítica?

Experimentar es un verbo, una acción que implica al cuerpo. Puede generar hipótesis, descubrimientos o pruebas. Implica innumerables variables y consecuencias. Es una mezcla de componentes, cada uno de los cuales tiene algo de único, ya sea en cantidad, por sus proporciones o combinaciones, o por sus componentes, donde, en sus mezclas o separaciones, algo se demuestra o simplemente sucede. Está sujeto a la contingencia, a la necesidad o al deseo. En ello hay siempre un tiempo, predeterminado, calculado o lógico.

La Escuela fundada por Lacan tiene la particularidad de poseer una estructura que no tiende a la unificación. La manera posible de lograrlo es a través de los dispositivos creados por Lacan: el cartel, órgano base de la Escuela, y el pase, testimonio vivo de una experiencia.

El cartel es una experiencia siempre única por cada composición, tema y tiempo, que se calcula lógicamente. Va a contracorriente del grupo al no obstaculizar lo real de la experiencia, que es lo que lo diferencia de otros modos de investigación.

El saber circula en el cartel entre un adentro y un afuera, hay una producción interna, una dirección hacia la Escuela y desde la Escuela hacia los lazos entre sus integrantes, entre otras Escuelas y otros lazos sociales, institucionales y políticos. Esta es la extensión que el cartel hace posible en la Escuela. También reúne la singularidad de la formación y la causa analítica de cada uno. Es un esfuerzo colectivo que forma el Uno de la Escuela, hace de la Escuela un sujeto materia marcado por el deseo.

Quisiera subrayar otra diferencia fundamental en el modo de investigación del cartel, que es la circulación de los discursos y la función del más-uno. Lacan dice que "el deseo de saber no tiene ninguna relación con el saber […] lo que conduce al saber no es el deseo de saber. Lo que conduce al saber es […] el discurso de la histérica[2]". En otras palabras, en el lugar del agente está el sujeto dividido. Es en este lugar desde donde opera el más-uno del cartel en su papel de "agente provocador". Está advertido que debe mantenerse al margen del discurso del amo, que es un discurso de dominación, al que a menudo se lo convoca. La función del más-uno es esencial, sobre todo porque desempeña el papel de menos, provocando ruido y agitando nuestros cuerpos para que no nos durmamos, un despertar del grupo que se constituirá en trabajo de cartel. Debe cuidar de los efectos imaginarios para que no entorpezcan el trabajo de creación. El más-uno es el que toca la pandereta de la samba, como de costado, y que no deja que la rueda se cierra para que sea posible una enunciación.

"La política lacaniana es una política de la enunciación"[3], dice Mauricio Tarrab.

En un grupo, lo que es común en las formaciones universitarias, la enunciación se da a través de ideales. En el cartel no hay anulación de ideales, pero es una enunciación que incluye la división subjetiva de cada uno, hay una "disociación entre el sujeto y el significante amo"[4], como dice Miller. Esto va en contra de las jerarquías, el dominio y lo universal.

En "D'escuelaje"[5], Lacan nos trae que el más-uno debe "provocar su elaboración", y que, según Eric Laurent, en el cartel se va "de la unidad del grupo a la producción de sujetos divididos, referidos a su cuestión íntima"[6].

Entendemos que el verdadero punto del cartel es el que perfora el saber que tiende a cerrarse, por lo que podemos tomarlo como la unidad dinámica de la Escuela, siendo sus productos las células de esta unidad.

Con el cartel, asistimos a una experiencia de transferencia del trabajo en una circulación de discursos donde cada uno se sumerge en un no-saber cuyas producciones provendrán de su propio sinthome.

Poner en acción un estilo de trabajo es una forma posible de construir un circuito pulsional. Introducir un sinsentido en una dirección que tienda a no burocratizar el funcionamiento institucional. Una elaboración que tiene lugar en un producto colectivo e individual, no sin poner en juego, en la danza de las palabras, lo singular.

Del goce al sinthome y del sinthome al saber-hacer de cada uno. Esta es la principal diferencia en la transmisión posible de lo imposible en psicoanálisis.

NOTAS

* Miembro AP de la Escola Brasileira de Psicacanálise y de la AMP, actual Secretaria de Carteles de la EBP. Magíster en Psicoanálisis por la Universidad Paris VIII.

  1. Tema esclarecido en: Lacan, J. (1978) "¡Lacan por Vincennes!", Lacaniana, n. 11. Bs. As., EOL, Grama, 2011, pp. 7-11.
  2. Lacan, J. (1969-70) El seminario, Libro 17, El reverso del psicoanálisis. Bs. As., Paidós, 1995, p. 22.
  3. Tarrab, M. "O cartel e a política lacaniana", Cartel novas lecturas. Org. Nohemí I. Brown, p. 240.
  4. Miller, J.-A. (1986) "Cinco variaciones sobre el tema de la «elaboración provocada»", Revista virtual de Carteles, La 4+1. Bs. As., EOL, en: https://cuatromasunoeol.com/sv/referencias.cinco-variaciones-sobre-el-tema
  5. Lacan, J. (1980) "D'escuelaje", En los confines del Seminario. Bs. As., Paidós, 2022, p. 63.
  6. Laurent, E. (2002) "Lo real y el grupo", Revista 4+1, n. 4, Bs. As., EOL, en: http://cuatromasuno.eol.org.ar/Ediciones/004/template.asp?Logicas-colectivas/Lo-real-y-el-grupo.html