4 Más uno

NUEVA SERIE #4

Aymerillot o la discordia de los Jacques

Carlos Rossi

El saber textual no era parásito por haber animado una lógica en la que con sorpresa la nuestra encuentra qué aprender (hablo de la lógica de la Edad Media), y no es a sus expensas que pudo enfrentar la relación del sujeto con la Revelación. No porque su valor religioso se haya tornado indiferente para nosotros debe descuidarse su efecto en la estructura.
Jacques Lacan, Proposición del 9 de octubre de 1967[1]

1. Dos preguntas animan mi texto. La primera: ¿Qué llegó hasta nosotros del origen mítico de la escritura postulado como la marca de un filo sobre una superficie? La segunda: ¿Hace ruido un árbol que cae en un bosque deshabitado? Una marca sin lector es un accidente sin consecuencias -una desgracia con suerte- o la alucinación de ver aparecer la cara del Cristo en un corte de madera. Es la discusión por lo primario de la marca: Lacan y Derrida. Decimos que la respuesta a ese debate está escrita -debe ser leída- en algún lugar entre los enrevesados hilos rojos que recorren el camino entre "Lituraterre" y "El atolondradicho". Esa primera marca ha de haber sido un número, un recordatorio, una contabilidad. En todo caso crea una de las formas del enigma en tanto solo su autor conoce su sentido. Tal vez ni siquiera eso. Podemos llamar contingencia a un sentido acordado al vacío. Ahora bien, una vez que la marca ha sido leída, que el ruido del árbol cayendo fue interpretado, nace el significante y con él, la cultura. Es el pasaje de la perplejidad de Robinson cuando ve la huella en la arena al momento donde salva al pobre infeliz de ser devorado por placer, lo nombra "Viernes" y rápidamente le enseña las primeras palabras del lenguaje que hablarán: Dios y Amo. Viernes ha salvado su vida. Ahora es esclavo.

2. Hay una vecindad deliciosa entre el rasgo y el estilo. Estilo viene del latin Stylus, punzón que constaba de una punta y una espátula y que sirvió durante siglos para la escritura sobre cera. Le pedimos a cada cartelizante que haga el esfuerzo de delimitar una región de su lectura a través del rasgo. Que se acerque lo más que pueda al borde de lo que ha podido aislar en su análisis sobre lo no-sabido. No se trata de una cuestión de voluntad, es un empuje a la lógica. Desde este punto de vista el cartel es analítico: acerca a cada sujeto hasta la soledad radical de su relación con la causa. Sutilmente el más-uno debe empujar el Stylus que rasgue el natural deseo de no decir. Hay algo en lo que llamamos "enunciación" que aterra pues expone lo más íntimo de cada uno. Todo rasgo es un rasgón en la dormidera del fantasma. Solo en ese acto es posible que algo sea "revelado" como señala Lacan en su Proposición.

3. ¿Hay un estilo en el Pase? La pregunta es heredera del destino del rasgo y sus derroteros. El nombre del sinthome -porque "el" sinthome es un funcionamiento que atañe al saber-hacer de cada sujeto analizado- implica su dimensión política en tanto pone a andar la marcha de la elaboración de la comunidad. Podemos ubicar en el nombre algunas de las características propias del rasgo. El rasgo ZZZ resuena a lo largo de todo el testimonio de Irene Kuperwajs. Al igual que con el Finnegans Wake, no resuena a menos que se lo lea en voz alta. El referente está perdido, la marca original está vacía. "A la manera de «Aymerillot» de Víctor Hugo, un joven protagonista en su tiempo, el AE asume la posición de hacer avanzar el psicoanálisis, se confronta con el orden establecido, y se pone al trabajo de Escuela, apuesta a la elaboración colectiva tomando en cuenta la complejidad de la que se trata". Esta referencia, anotada por Nora Cherni en el sitio de la EOL, pertenece al texto "Por el pase" de Jacques-Alain Miller[2], quien cita el poema "Aymerillot" de Victor Hugo. El poema, aparecido en una de las primeras ediciones a fines del siglo XIX de "La leyenda de los siglos", es inhallable en las ediciones actuales. No quiere decir que no exista, quiere decir que es difícil de encontrar, que no está a la mano y que hay que sudar un poco en la lectura. Como en un análisis: nada es sin esfuerzo. El sendero que va del rasgo al hallazgo produce una pérdida exquisita y necesaria que hace la magia de comprender que lo nuevo no nace de lo viejo sino de lo contingente.

NOTAS

  1. Lacan, J. (1967) "Proposición del 9 de octubre de 1967", Otros escritos. Bs. As., Paidós, 2012, p. 279.
  2. Miller, J.-A. (1989) "Por el pase", Malentendido, n. 6. Bs. As., Ediciones Gráficas Mayo, 1989, p. 20.