4 Más uno

NUEVA SERIE #4

Historia y fundamentos del cartel, órgano base de la Escuela de Lacan

Roxana Vogler

Mi experiencia formando parte de la Secretaría de Carteles de la EOL, coordinados por su secretario responsable Lucas Leserre, y la Directora de la EOL, Gabriela Camaly, me ha confrontado con el desafío de pensar política y analíticamente, junto a otros, el trabajo de Escuela que llevamos adelante a lo largo de dos años de gestión (2021-2023) en el que estuvimos cartelizados.

Ha sido nuestro deseo como miembros de la EOL, formando parte del directorio, reinventar usos y articulaciones posibles entre la lógica el cartel y la gestión institucional, impulsados por los vientos de la orientación lacaniana, en lo atinente a la clínica, a la episteme y a la política del psicoanálisis.

De esta travesía me interesa transmitir un saldo de saber sobre lo que nombré, inspirada en el curso de Miller[1], la herejía poética del cartel, que leo como el "ánima" del dispositivo de trabajo inventado por Lacan. La originalidad y la operatividad del cartel deviene de su lógica no-toda; agujerea tanto las identificaciones imaginarias inherentes a lo grupal, como el lugar del líder de una masa, para atravesar el horror al saber que nos habita en tanto seres hablantes. Sapere auda, atrévete a saber, es el Espíritu de las Luces, que, según Miller, impulsa al cartel, donde es posible constatar efectos de formación inéditos.

El texto que sigue es una síntesis de los temas que planteé en las dos reuniones de "Empezar a cartelizarse", a modo de disparadores para abrir a la conversación posterior.

¿Qué es un cartel?

El cartel es un dispositivo de trabajo original, órgano base de la Escuela de Lacan, junto al pase, propuesto por él mismo a quienes practican o tienen un interés epistémico por el psicoanálisis. Lacan, advertido de los efectos imaginarios grupales que producen consecuencias segregativas, y en el intento de agujerear el lugar de líder de una masa a lo que tiende la inercia grupal, propone a los miembros de su Escuela el dispositivo de trabajo del cartel bajo una lógica no-toda. Cada integrante se identifica con el lugar del trabajador decidido, suscitando saber, pero desde una posición analizante, en pos de lograr precipitar al cabo de un máximo de dos años de trabajo colectivo, una elaboración escrita individual, que podrá darse a leer a la comunidad de colegas.

Historia del cartel

El cartel es contemporáneo de la creación de la Escuela de Lacan, entonces sería interesante ubicar en qué consuena con el concepto de Escuela.

En 1964, Lacan crea su primera Escuela en París. Según Miller, Lacan se inspiró en una idea de trabajo y de formación en pequeños grupos que era muy usado por los estudiantes de Letras en la Sorbona en esa época. Por entonces, existía la F.G.E.L. (Federación General de los Estudiantes de Letras), que había promovido agitadamente lo que llamaban los G.T.U. (Grupos de Trabajo Universitario), invitando a los estudiantes a sumarse a estos grupos, sobre una base igualitaria, en la mayoría sin los profesores, como modo de confrontar y rebelarse contra la enseñanza de las clases magistrales, práctica considerada reaccionaria. Fueron los antecedentes del mayo del 68.

Esta idea se hacía eco del movimiento anti-jerárquico de la época; como tal, ya se instaló desde esta lógica, apuntando a agujerear el saber académico, dogmático de la enseñanza clásica. En el cartel, no hay quien detente el saber absoluto, se trata en cada uno, de una provocación a dilucidar un nuevo interrogante sobre lo que no se sabe, y reducir el lugar del más-uno a una función de causa del deseo de saber, lo más permutativa posible, de allí su duración acotada en el tiempo. Consuena entonces con la lógica no-toda de la Escuela de Lacan, que circunda la pregunta ¿qué es un analista? El trabajo de elaboración del saber en la Escuela de Lacan preserva ese enigma siempre abierto, obteniendo variadas y múltiples respuestas, nunca acabadas.

Trabajo de elaboración colectiva: Durchärbeitung

Para desarrollar esto retomo la frase con la que Lacan introduce el cartel en su "Acto de fundación"[2]: "Para la ejecución del trabajo, adoptaremos el principio de una elaboración sostenida en un pequeño grupo". ¿En qué consiste ese trabajo? Es un trabajo de elaboración colectiva, es decir con otros, una Durchärbeitung, un despertar provocado por el cartel, como lo señala Miller[3], que precipita en una producción escrita individual, en la cual cada cartelizante se confronta con su propia relación al amor y al horror al saber. El trabajo inherente a la Escuela pasa por el cartel, incluido el trabajo de gestión, agregaría.

"Un trabajo que en el campo abierto por Freud restaure el filo cortante de su verdad, que devuelva a la praxis original que él instituyó el deber que le toca en nuestro mundo, que por medio de una crítica asidua denuncie las desviaciones y los compromisos…"[4].

Cuatro se eligen y eligen al más-uno

En 1980, Lacan precisó que sean cuatro más uno los integrantes de un cartel. Actualmente se ha incluido la categoría de "cartel ampliado" que soporta hasta 20 miembros. Los cartelizantes se eligen por su deseo en común de trabajar un tema, un seminario, un curso, un interrogante clínico, el título de un próximo Congreso, etc. y acuerdan quién será convocado como más-uno, entre colegas que susciten su transferencia de trabajo.

El más-uno

Elegido por los cartelizantes, el "más-uno", tiene por función provocar al trabajo, orienta las lecturas e inyecta el efecto sujeto en los cartelizantes, en tanto, pone a trabajar el agalma de su transferencia al servicio de causar el deseo de saber en cada cartelizante. No es un líder inflado en su lugar de supuesto saber, no es un profesor que dicta clases, sino que "debe reducirse a un mínimo su función, lo más permutativa posible"[5]. Se espera de su lugar que haga avanzar el trabajo colectivo del cartel y el producto individual de cada cartelizante, y que también precipite su propio producto escrito. Sólo desde este movimiento de vaivén, pero siempre hacia adelante, entre el pegoteo y el remolino, será posible el trabajo de este colectivo particular, ya que, como refiere Miller, toda elaboración siempre es provocada, "no hay vocación por el trabajo sino más bien para la pereza"[6]. El más-uno sostiene el lazo con la Escuela, propiciando la puesta a cielo abierto de los productos del cartel a la comunidad analítica. "El más-uno del cartel, que es el líder funcional de un grupo mínimo, no satura la demanda de carisma. El más-uno es un líder, pero un líder modesto, un líder pobre. El agalma que lo soporta es no-denso"[7].

El cartel no es un grupo de estudio

Uno de los fundamentos del cartel es la de regirse por la lógica del no-todo. No-todo el saber puede ser sabido, a diferencia del discurso universitario. El saber adviene en el cartel por atravesamiento del velo al horror al saber, se precipita en ese pasaje necesario a través de la lectura propia y entre otros, propiciado un esfuerzo de poesía para salir del sentido prosaico, no es un saber acumulativo, no es por pedagogía. No se espera de los cartelizantes de la Escuela de Lacan, la identificación al alumno pasivo, sino una posición analizante.

Tarrab señala respecto al cartel: "¿A qué punto identificarse del grupo? Según lo entiendo, al punto donde, con los otros, me sé descompletado por lo real. Al punto donde, como los otros, no estoy sino en el esfuerzo por subjetivar ese real"[8].

El rasgo singular

Cada cartelizante, incluido el más-uno, debe elegir un tema o "rasgo" singular de investigación, un interrogante que desee recorrer a lo largo del trabajo del cartel, que se desprende del tema general del cartel y que puede ir pensándose en las reuniones previas a su inscripción formal. Cuando todos los rasgos hayan precipitado, junto al tema general, podrá inscribirse el cartel en la página de la Secretaría de Carteles.

La permutación

El cartel tiene un máximo de duración de dos años. Al cabo de ese tiempo, se disuelve. Esta conclusión necesaria evita la inercia imaginaria y el pegoteo en más, inherente a los grupos de trabajo, que despierta pasiones y hace obstáculo para la elaboración respecto al real en juego que incomoda y a su vez motoriza el saber a advenir.

El producto propio

Se trata para cada uno, de recorrer la travesía del cartel hasta su finalización, arribando a un producto propio escrito en el que poder constatar qué fue conmovido de la relación de cada cartelizante con el saber analítico. Se espera que precipite un estado de trabajo, un recorrido propio, que transmita la manera en que el trabajo del cartel interpela el real de la formación en cada uno. Tanto los cartelizantes, como el más-uno, pueden arribar a su propio producto.

Exposición de los productos a cielo abierto

Los productos del cartel pueden exponerse en las Jornadas de Carteles, que son las ocasiones para la puesta a cielo abierto de las elaboraciones de los cartelizantes. Las diferentes publicaciones del Campo Freudiano pueden ser también ocasión para alojarlas. También dichos productos, pueden articularse a los trabajos escritos de las Maestrías y los Institutos de formación.

El cartel hoy

Los diversos usos posibles que J.-A. Miller ha propuesto para el cartel, han arrojado hasta hoy una vasta experiencia que muestra cuán eficaz puede ser este original dispositivo de trabajo, tanto en relación a lo epistémico, como a la clínica, la política y el tratamiento del malestar institucional, como así también para el estudio psicoanalítico de los asuntos de la subjetividad contemporánea. Es sin dudas, un instrumento válido tanto para la formación de los practicantes jóvenes, como para la actualización permanente de los analistas de trayectoria, todos ellos orientados por la indicación de Lacan: "Mejor pues que renuncie quien no pueda unir a su horizonte la subjetividad de su época. Pues ¿cómo podría hacer de su ser el eje de tantas vidas aquel que no supiese nada de la dialéctica que lo lanza con esas vidas en un movimiento simbólico?"[9].

NOTAS

  1. Miller, J.-A. (2002-03) Un esfuerzo de poesía. Bs. As., Paidós, 2016.
  2. Lacan, J. (1964) "Acto de fundación", Otros escritos, Buenos Aires, Paidós, 2012, p. 247.
  3. Miller, J.-A. (1986) "Cinco variaciones sobre el tema de la «elaboración provocada»", Revista virtual de Carteles, La 4+1, en: https://cuatromasunoeol.com/sv/referencias.cinco-variaciones-sobre-el-tema
  4. Ibid.
  5. Miller, J.-A. (1994) "El cartel en el mundo", Revista virtual de Carteles, La 4+1, en: https://www.cuatromasunoeol.com/sv/referencias.el-cartel-en-el-mundo
  6. Miller, J.-A. (1986) "Cinco intervenciones…", op. cit., n. 3.
  7. Miller, J.-A. (1994) "El cartel en el mundo", op. cit., n. 5.
  8. Tarrab, M. (1998) "En el cartel se puede obtener un camello", Revista virtual de Carteles, La 4+1, en: https://www.cuatromasunoeol.com/sv/referencias.en-el-cartel-se-puede-obtener-un-camello
  9. Lacan, J. (1953) "Función y campo de la palabra y el lenguaje", Escritos 1. Bs., As., Siglo veintiuno, Bs. As., 1988, p. 309.