En Julio de 1988 llega a los practicantes e interesados en el psicoanálisis en las ciudades de Rosario, Santa Fe, Paraná y poblaciones cercanas, como a los de muchas otras zonas del país, una puesta al día de sus transferencias con el psicoanálisis cuando Jacques-Alain Miller plantea que ya era el tiempo, para aquellos grupos de la Causa Freudiana en Argentina, en el que podían responsabilizarse de la formación de los analistas[1]. Un instante de ver.

Desde aquel momento iré ubicando otros momentos. Como instantáneas, si se quiere. Recuerdos, citas, textos dispersos que iré reuniendo.

De los grupos a los carteles

Jacques-Alain Miller decía entonces[2] que convenía comenzar por el principio, que el principio era el cartel y creaba una inscripción de los carteles en una Coordinadora de Carteles del Campo Freudiano, conformando la CIPA (Comisión de Intercambios Psicoanalíticos Argentina-Europa) con asesores de la Escuela Freudiana de París y de la Escuela Europea del Psicoanálisis.

Los grupos de estudio (frecuentemente pagos), conjuntos (en sentido matemático) y carteles referidos a cada institución, pasaron a formarse en una nueva modalidad de carteles, en muchos casos con cartelizantes de diferentes instituciones y de diferente jerarquía dentro de cada una, de distintas ciudades también, comenzando a llevar adelante un trabajo de elaboración y transmisión del psicoanálisis.

Un trabajo que ya operaba con las transferencias en la diversidad y fomentaba el desapego en las identificaciones grupales, especialmente respecto de algunos referentes que venían siendo ubicados como líderes o maestros, mostrando así una efectividad del dispositivo diseñado por Lacan.

Ese desapego resultaba fundamental, al lado de la formación epistémica y con un horizonte político. Un d’ecollage[3] posibilitador de una nueva apuesta: el horizonte de Escuela se desplegaba entonces, con las noticias de Europa, en el deseo de los practicantes locales. Por aquel momento resonaban, a través de la proyección de un video en Rosario[4], las palabras de Miller pronunciadas en la Fundación de la Escuela Europea de Psicoanálisis: “Estamos en el tiempo de la Escuela”. Para nosotros era una anticipación…

A la Escuela desde los carteles

En octubre de 1991 dentro del “Movimiento Hacia la Escuela”, el que se crea en la sala Picasso del Complejo de la Plaza con la presencia de 500 personas provenientes de distintos lugares del país, países limítrofes y de Europa[5], se lanza la propuesta de los llamados “Intercarteles”, con carteles y G.E.M. (Grupos de estudio del Movimiento hacia la Escuela), que en nuestra región toma la forma de “Intercarteles del Litoral”. Se instaura así un movimiento de carteles, pre-jornadas locales y jornadas de carteles, conferencias y publicaciones con los que el entusiasmo se acelera en la mezcla de transferencias y en el trabajo en la apuesta compartida.

Por aquella época Jacques-Alain Miller viajaba con una frecuencia de dos meses a la argentina provocando el remolino del movimiento hacia la Escuela[6]. Se vivían momentos de vértigo y precipitación, luego de un tiempo de ver que se había prolongado, que se acentuaron con la decisión de Jacques-Alain Miller de precipitar la fundación de la Escuela de la Orientación Lacaniana, en Argentina y también con miembros europeos, el 3 enero de 1992, renovando la apuesta de la reconquista del campo freudiano y anunciando la creación de la Asociación Mundial de Psicoanálisis, que reuniría entonces a la EOL con las otras Escuelas[7]: la Escuela de la Causa Freudiana, la Escuela del Campo Freudiano de Caracas y la Escuela Europea de Psicoanálisis[8].

Cuatro meses más tarde se constituían los grupos asociados a la EOL, en acuerdos producidos en reuniones que contaban con la presencia de Jacques-Alain Miller, entre ellos el de Rosario[9].

El movimiento hacia la Sección Rosario

A partir del 7 de noviembre de 1997 se llevan adelante reuniones y se declara, con la decisión conjunta de tres grupos de la ciudad, Praxis, IDEP y Causa Freudiana, la disolución para dar lugar al Movimiento hacia la Sección Rosario de la EOL[10], el que lleva adelante actividades con carteles, Coloquios y “Jornadas Rosario”, hasta que la Sección es creada el 15 de mayo de 1998.

Del trabajo, la cartelización, las publicaciones y las vicisitudes que siguieron puedo destacar en nuestro contexto la XIV Jornada Nacional de Carteles, “El cartel y el debate contemporáneo”, realizadas el 24 de setiembre de 2005 en el Centro Cultural Parque de España, a orillas del río Paraná, con más de 160 asistentes, 3 plenarias y 83 trabajos en simultáneas, de la que tuve oportunidad de responsabilizarme como Secretario de Carteles de la Sección.

A través de la pandemia

Si con el tiempo los carteles pudieron a veces en nuestra Sección entrar en cierta rutina y según los casos no permutar a tiempo, o no ser inscriptos en el catálogo de la EOL, o relegarse a los más jóvenes -efectos quizá de cierta pereza y de alguna idealización del dispositivo con el correlativo condicionamiento de su efectividad- el aislamiento social debido a la pandemia del Covid-19, que comenzó a nivel nacional el 20 de marzo de 2020, reveló algunas de sus potencialidades menos exploradas: se recurrió asiduamente por entonces a reuniones on line, lo que a su vez llevó de vuelta a conformarlos con asiduidad entre cartelizantes de lugares distantes geográficamente, por ejemplo de diferentes sedes de la Escuela y de la AMP. También las Noches y Jornadas de Carteles se fueron animando paulatinamente de forma virtual.

La juventud del cartel

Pude articular en otro lugar[11] que el cartel no envejece en la medida en que permuta y que, con la condición de su inscripción en la Escuela, la refresca y airea. No se trata solamente entonces de un dispositivo anti didacta, sino además de un lugar propicio para lo joven del psicoanálisis. Y no se trata de historiar simplemente, sino de la juventud del cartel cada vez, y de renovar hoy esta apuesta colectiva desde sus fundamentos y experiencias en la política de Escuela.

Para concluir, podemos advertir que las instantáneas del cartel que encontramos por aquí y por allá, distintos instantes en el movimiento hacia y de Escuela, como así también de la Escuela hacia la ciudad, se van disponiendo como fotogramas, páginas, dichos, momentos que se suceden y entrelazan en movimiento, como en el cine o el correr de las hojas, alrededor un agujero que causa, que pulsiona, que afecta a los cuerpos, con una luz que proviene de la Escuela y su compromiso con el futuro de un psicoanálisis en movimiento.