REFERENCIAS


DE CARTELES

Pasando el cartel

Luis Tudanca

Diré en primer lugar una obviedad: el cartel es un grupo. El problema no está ahí. Nos topamos con él en cuanto nos interrogamos sobre qué tipo de grupo es un cartel.

He reflexionado sobre ello muchas veces sin quedar conforme nunca.

Y como no es lo mismo usar un cartel para reflexionar sobre el psicoanálisis que pensar el cartel desde el psicoanálisis, insisto.

Me aseguro en unas pocas ideas duras de Lacan al respecto, duras como hierro según su propia expresión.

Le pondré un nombre al cartel: el "algunos otros".

Esa idea en vez de disminuir el problema, lo aumenta. En tanto el cartel está del lado del acontecimiento, cada vez que se lo intenta nombrar se lo traiciona un poco como acontecimiento.

Pero el "algunos otros" tiene una ventaja: es un nombre difuso. No se sabe cuántos son el "algunos otros", si hablan o no, si se leen o no, si están presentes o ausentes.

No nombra del todo aún nombrando. Imposibilita el cierre aunque no ciertas conclusiones. Debilita el andamiaje de las lecturas coaguladas y las renueva.

Primer pero: en el mejor de los casos.

Retomo de donde partí: el cartel es un grupo pero no todo grupo puede aspirar a cartel.

El "algunos otros" es lo que Lacan contrapone al massen freudiano. Efectivamente, Lacan propone traducir massen (masa) por grupo.

Eso significa que todo grupo puede oscilar del "algunos otros" a la massen en proporciones variables.

Es por ello que, desde siempre, me interesó entender un poco mas qué quiere decir Lacan con el "algunos otros", clave de lectura en éste tema por ubicarse del lado de lo heterogéneo.

Lo homogéneo en un grupo inyecta obscenidad imaginaria que consuela por sostenerse en una vida de grupo.

Entre L' Etourdit y el seminario 21 se encuentra un pasaje en Lacan que el designó como "una empresa desesperada", o sea, la que va de "fundar un vínculo social limpio de toda necesidad de grupo"[1] a algo mas realista como reconocer que un grupo es real.

Segundo pero: decir que un grupo es real no entra rápido en las entendederas.

Lacan no habla de lo real de un grupo sino del grupo como real.

Mi hipótesis: hay que leer ésta idea en vecindad con lo que plantea en RSI. Lo retomaré.

En esa clase del seminario 21 Lacan agrega: el grupo "es un real que no puedo inventar por el hecho de que es un real nuevamente emergido"[2]

¡¡Sorpresa!! Es un real que emerge "bajo la forma de un funcionamiento diferente" producto del discurso analítico que puede provocar "una manera con la cual cierto lazo se establece en un grupo"[3]

No encuentro otra manera de pensar un funcionamiento diferente que permita que un lazo se establezca en un grupo sino a través de lo que he presentado como el "algunos otros".

Siempre y cuando a ese "algunos otros" se lo desee desconocido, sin saber mucho como piensa, asimétrico, heterogéneo, diferente, extranjero, hétero.

Tercer pero: ¿Qué real es ese?

Hay que seguirla en los detalles. Lacan no es fácil, pero es serio y no pierde el tiempo.

Así que enseguida manda: "...lo poco de real que sabemos, si es tan poco, estriba en el famoso agujero...que uno no puede mas que tapar, ¿con qué?, con lo imaginario"[4]

Eso explica porqué es esperable que un lazo se establezca en un grupo, sencillamente porque no lo hay, no hay relación entre las singularidades que lo componen.

Esto abre dos direcciones: al agruparse los desconocidos surge un lazo, esa es una, me junto con los conocidos, esa es otra.

¿Cómo sería una posición que no tape tanto con lo imaginario el agujero, lo real?

Cuarto pero: siempre se inventa un tapón del agujero.

Ahora bien: hay tapones y tapones.

En el tema que nos compete Lacan diferencia entre lo que llama la organización imaginaria que lleva a simular con la muchedumbre y otra cara del lado de una elección que es el grupo.

Varios detalles a considerar: simular con la muchedumbre es otra manera de hablar de lo que llamamos efectos de grupo, pero grupo en el sentido de massen, sostenido más en lo igual que en lo común.

A uno le pueden dar ganas de charlar con los conocidos o con la multitud, otro de los nombres del "algunos otros".

Y siempre se trata de elección. Nos hemos acostumbrado con Lacan a pensar que toda elección es una elección forzada.

Pero en éste caso la elección forzada es entre simular con la muchedumbre y el grupo como real. Dos tipos diferentes de tapón.

Y Lacan toma posición por la segunda opción y agrega: "y siempre tenemos que vérnosla con ella (la muchedumbre) para sacar de allí un grupo"[5]

No se trata de los pro y los contra, ni de las virtudes y los defectos. Toda dialéctica fracasa ante un real que el grupo toca, eso es estructural.

Pero Lacan apuesta por un tipo de grupo y ¡dice por cual!

Lo resumiré en lo siguiente: gente que desea saber más y más a propósito de cosas inverosímiles, "montones de personas vinculadas entre sí por algo que no se sabe que es..."[6] Por ejemplo: no se sabe qué es un analista.

Detalles magníficos: montón nunca hace grupo massen, saber más no es "ser todo saber", y además ese extraño vínculo sostenido por: no se sabe qué.

Pero es indudable que se trata de un agujero y que se lo intenta bordear.

Quinto pero: Lacan, que era muy exigente, todavía pensó que había que identificarse al grupo.

Lo presenta como lo que él desea. ¿Qué desea Lacan? Que los analistas se identifiquen al grupo.

Dice: "Es seguro que los seres humanos se identifican a un grupo. Cuando no lo hacen, están fallados, están para encerrar. Pero no digo a qué punto del grupo tienen que identificarse"[7]

Propongo desbrozar, más que descifrar, esa frase desde los desarrollos anteriores sostenidos en el seminario 21.

Lacan confiesa su deseo, cosa que no es común, y viene de decir dos párrafos antes que: "un deseo no es concebible sin mi nudo Borromeo"[8]

Singularidad, elección, deseo.

Si se desea una identificación al grupo se trata del grupo como real y no del grupo massen.

La identificación es con el "algunos otros", los desconocidos de siempre.

¿Y cual sería ese enigmático punto del grupo al que habría que identificarse?

Es simple: se trata de esas cosas inverosímiles, de ese algo que no se sabe lo que es, el agujero.

Alrededor de ese punto, no sé si de otro, vale la pena una práctica del cartel.

Es porque "el punto de partida de todo nudo social se constituye de la no relación sexual como agujero"[9] , que por deseo, uno puede querer con "algunos otros" bordear ese agujero.

Mauricio Tarrab lo dice así: "Eso es lo que cuenta para mí para ubicar como el punto al que identificarse del grupo, ubicarlo en el esfuerzo de nombrar ese real alrededor del cual, al borde del cual, podemos consentir una identificación"[10]

Pero...

Si Lacan necesitó en lo singular plantear una identificación al síntoma y hemos visto que, en la comunidad, una identificación al grupo: ¿qué de la primera como resultado de un fin de análisis empuja a la segunda, sostenida en un decir menos tonto?

Es la diferencia radical que Lacan establece entre un decir que tenga consecuencias y el chime.

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Mauricio Tarrab, A.M.E., psicoanalista,miembro de la EOL. En el cartel se puede obtener un camello

NOTAS

  1. Lacan, Jacques: "El Atolondradicho" en "Otros escritos" Paidós Argentina 2012.
  2. Lacan, Jacques: El seminario Libro 21 Los desengañados se engañan Inédito Clase 11 del 09/04/74
  3. Lacan, Jacques: Ibid 1.
  4. Lacan, Jacques: Ibid 1
  5. Lacan, Jacques: Ibid 1.
  6. Lacan. Jacques: Ibid 1.
  7. Lacan, Jacques: El seminario. RSI. Clase 10 del 15/04/75
  8. Lacan, Jacques: Ibid 7.
  9. Lacan, Jacques: Ibid 7.
  10. Tarrab, Mauricio: "La identificación al grupo o decir bien lo insoportable" en "El Caldero de la Escuela" Nº 66 1999.