4 Más uno

NUEVA SERIE #4

Cada cual tiene razones para estar ahí

Victoria Vicente*

La pregunta por las diferencias y similitudes entre la forma de investigar en un cartel frente a otros dispositivos de investigación es una pregunta que me sugiere de algún modo reflexionar sobre lo que investigar quiere decir dentro del psicoanálisis. La misma pregunta abre otra puerta lateral que alcanza al uso del cartel, es decir, si podemos ubicar nuevos usos a este dispositivo. El cartel es tan actual, tan de nuestros días, tan adaptado a los tiempos –pensemos en el cártel exprés, ampliado, online- que quizás bajo determinadas condiciones aun podemos hallar nuevas formas de extender su lógica.

El cartel es un dispositivo sorprendente. Ante la primera pregunta puedo contestar que localizo más diferencias que puntos de contacto entre una investigación y otra de tipo universitario, voy a intentar abordar algún argumento en este sentido.

¿La investigación epistemológica está dentro de los carteles? Desde luego. Pero su investigación se anuda a la misma política de la Escuela. Que Lacan hable del cartel en la misma proposición fundacional [1] apunta a un vínculo estructural entre el cartel y el modo de concebir la relación entre transferencia y Escuela.

Tres puntos entonces: ¿para qué investigar? ¿Qué se quiere saber? ¿Qué se produce en la investigación?, en torno al saber, a la transmisión y al producto.

1- La investigación en el cartel se inscribe en las paradojas en relación al saber.

Efectivamente, el psicoanálisis hace hincapié en la no existencia de una vocación natural a producir saber. Proponer el cartel como un dispositivo de elaboración provocada, más que de investigación, es poner el acento justamente en la dificultad de elaborar un saber. La investigación que se lleva adelante en el interior de un cartel es una forma de tratar esa misma paradoja, es decir, por un lado promueve un desplazamiento del borde del no saber, lo empuja, pero por el otro mantiene la brecha, el agujero, frente a un saber que nunca será completo .

El cartel gravita entonces, como un planeta, alrededor del no saber, su avance no depende de la acumulación de algunos conocimientos sino que procede haciendo el ejercicio de una nueva lectura en los bordes. En el cartel hay algo de ir en contra del saber totalizante, con resultados conclusivos, acabados o cerrados que inhabilitan los debates y el trabajo mismo.

Es decir, la dinámica entre saber supuesto y saber expuesto es tenida en cuenta en su complejidad y tratada. Esto es para mí una cuestión de extrema importancia, porque el saber supuesto, en cualquier grupo, es fácilmente restituible [2], pero la figura del más-uno está ahí para ir en su contra. Agregaría retomando el comentario de J.-A. Miller [3], que aquí se sitúa la posición de cartelizante, no tanto nombrado como investigador, como una posición política de sostener ese saber no todo y expuesto, más que supuesto.

El más-uno debe asumir la responsabilidad de confrontar a cada uno, incluido él mismo, con la responsabilidad de una elaboración de saber, por modesta que sea.

2- Desde el momento que Lacan crea y define el cartel, la forma de transmisión del psicoanálisis queda alterada. El saber no se enseña, sino que se transmite, por esta razón el cartel es una herramienta fundamental de formación e intercambio.

Es preciso entonces marcar la diferencia entre lo que implica la formación académica y los efectos de formación en psicoanálisis.

En un interesante texto J.-A. Miller [4] presenta la formación bajo otro significante: el efecto, es decir la formación hay que tomarla por su efecto, señalando que un efecto es siempre de un sujeto. Que los efectos de formación se articulen y a la vez se distingan de las causas, refleja la tensión entre los contenidos epistémicos y la transformación psíquica. Miller continua que en este tipo de formación hay un punto de fuga, un agujero.

¿Cómo se hace avanzar la investigación?

En 1964, Lacan habla de la inducción a la que apunta su enseñanza a fin de que otros se introduzcan, uno por uno, en ese trabajo.

La transferencia de trabajo significa que no es el resultado, ni son los temas, ni los contenidos, ni las fórmulas lo que se transfiere [5] es decir, eso que queda en el bagaje de cada uno. De aquí que Lacan sostuviera que ante todo quería transmitir un estilo.

Si seguimos con el texto citado, el efecto de formación es sobre todo efecto deformación. Entonces ninguna posibilidad de rehacer o protocolizar lo que se obtiene en ese pegoteo efímero que supone del cartel. Más que intentar dominar un saber y adecuarlo al objeto universitario o al Otro del saber, se trata de inventar.

3.- Otro aspecto que querría destacar es el que atañe a la ambición, en el campo de la investigación científica, en torno a alcanzar su aplicación a todos. Esa ambición un tanto ilusa, como bromea Miller [6] está en la base de cualquier tipo de investigación.

Sorprendentemente, lo que vemos en el cartel es que el tema de investigación escoge al sujeto. Escoger un rasgo es plasmar de alguna forma la pregunta que nos ha encontrado y dividido. Así dentro del cartel esta pregunta que se plantea al inicio del trabajo se modifica, tiene un progreso, un cambio en el desarrollo del tiempo del cartel y con ello, eso es lo interesante, la posición subjetiva varía en relación a la dimensión del saber, permitiendo a cada uno el acercamiento a otra relación con el saber mismo.

Desde esa proposición podría pensarse el cartel como lugar en el cual cada participante recoge en su producto, con la participación de los demás cartelizantes, las migajas [7] de los textos que aborda. Algunas migajas, es el producto.

En el nudo entre lo colectivo y lo particular, un cartel funciona cuando el grupo falla, cuando el para todos queda menguado, pero sin omitir que lo singular no excluye al otro y de ese ramillete surge el producto en nombre propio.

Entonces apostar por el cartel en una época en la cual existe el empuje superyoico a ser un individuo autosuficiente, a protocolizar los malestares, a apoyarse en opiniones más que en textos, a alcanzar la categoría de experto en algo, se puede afirmar que otra forma de investigar es posible. Acercar esta otra forma a estudiantes o a simpatizantes del psicoanálisis, es de suma importancia. Es apostar por la vertiente política del cartel: leer con otros, escuchar, es una manera de extraer algo nuevo. Me arriesgaré a proponer otra cuestión: la investigación, el producto obtenido por cada miembro del cartel ¿modifica la misma experiencia de la Escuela? ¿cómo queda afectada la Escuela por los productos que se elaboran en los carteles?

Entonces sigamos investigando, no hay que encontrar, ni comprender demasiado rápido.

NOTAS

* Miembro AME de la Escuela Lacaniana de Psicoanálisis y de la AMP, actual Secretaria de Carteles de la ELP.

  1. Lacan, J. (1964) "Acto de Fundación", Otros Escritos, Buenos Aires, Paidós, 2012.
  2. Berenguer, E. (2023) "Cártel, saber y escuela: hoy", La Colección de la ELP, n. 18, Serie Elucidación, 2023.
  3. Miller, J.-A. (1989-90) El banquete de los analistas. Buenos Aires, Paidós, 2000, p. 171.
  4. Miller, J.-A. (2002) "Para introducir el efecto-de-formación", Cómo terminan los análisis. Buenos Aires, Navarin Éditeur, Grama, 2022.
  5. Miller, J.-A., (1989-90) El banqueteop. cit., n. 3, p. 171.
  6. Ibid, p. 168.
  7. Ibid, p. 14.