4 Más uno

NUEVA SERIE #2

XXX Jornadas Nacionales de Carteles de la EOL - La arquitectura del cartel

Mesa plenaria: La escuela y la experiencia del cartel

El cartel como experiencia inaugural
Gabriela Camaly
, Directora adjunta de la EOL

Hace aproximadamente un año y medio, quienes conformamos el Directorio adjunto de la EOL hemos decidido constituirnos en un cartel para trabajar los textos institucionales y prepararnos para la función que nos tocará desempeñar: Alejandra Breglia, Virginia Notenson, Esteban Klainer y Lucas Leserre como Más Uno. Mi presentación de hoy es el producto del trabajo en ese cartel y, por lo tanto, de mi lazo con la Escuela.

Me interesa plantear dos cuestiones. En primer lugar, la "experiencia del Cartel" y la "Escuela como experiencia inaugural"; y, en segundo lugar, el Cartel y la producción de saber.

1. ¿Porque una Escuela y no una asociación?

¿Por qué el cartel? ¿Por qué el trabajo con otros sin otorgamiento de títulos ni garantías, para disolverse luego de dos años y volver a comenzar?

En el centro de nuestro análisis, de nuestra práctica y de nuestro lazo asociativo tenemos una única certeza, nadie sabe qué es un analista. Lacan inventó su Escuela sostenida sobre este imposible de saber y propuso, como tratamiento posible respecto de este imposible, convertirnos al trabajo. Así lo dice al final del "Acto de fundación" de 1964: "No necesito una lista numerosa sino trabajadores decididos, como ya lo soy yo de aquí en adelante". [1]

2. El cartel como experiencia inaugural

Allí mismo, Lacan establece que los "grupos de trabajo" serán la vía de acceso a la Escuela: "Para la ejecución del trabajo, adoptaremos el principio de una elaboración sostenida en un pequeño grupo". Lacan quiere que el trabajo de la Escuela pase por el cartel, siendo el pequeño grupo la manera más conveniente.

Algunos años después, en la "Nota adjunta" de 1971, Lacan insiste: el compromiso de cada uno con la Escuela se inscribirá por su trabajo en un pequeño grupo llamado cartel, lugar privilegiado para el trabajo con otros, pero con un rasgo elegido en nombre propio.

De esta manera, tal como Miller lo recuerda en diversos momentos, la Escuela y el cartel nacen juntos. Lacan soñó una Escuela que fuese una comunidad de trabajo [2] y quiso que el cartel fuese el lugar privilegiado donde inscribir ese trabajo.

Pero Lacan dice algo más, en lo que no había reparado hasta hace poco: "El éxito de la Escuela se medirá por la presentación de trabajos que sean admisibles en su lugar". Es una formulación fuerte. El éxito de la Escuela no depende de la cantidad de miembros, ni de la afluencia que tengan sus actividades, no depende de las decisiones que tomen las instancias directivas, ni del reconocimiento que se obtenga. El éxito de la Escuela de Lacan depende de la presentación de trabajos, pero entiéndase bien, no se trata de la cantidad de trabajos sino –diría– del acto mismo de presentación y de lo que ellos transmitan en relación con la causa analítica, desde la soledad de cada uno, anudada al trabajo con otros –incluyendo también a quienes provienen de otros discursos, tal como ha sido el deseo de Lacan–.

En la misma "Nota adjunta" al "Acto de fundación", Lacan agrega un apartado fundamental: "De la Escuela como experiencia inaugural". La Escuela, concebida como un conjunto de sujetos animados por una causa común e interesados en seguir una misma enseñanza, [3] encuentra allí su orientación: la enseñanza del psicoanálisis solo se transmite, necesariamente, de un sujeto a otro por las vías de la transferencia de trabajo. En este sentido, la Escuela como experiencia inaugura una transmisión inédita y el cartel encuentra allí su razón de ser.

Podemos agregar aquí que la Escuela es también un acto de confianza. No me refiero a la confianza ciega en los otros, ni a la confianza en el Otro del saber. Me refiero a la confianza en que lo nuevo puede advenir en la contingencia del intercambio con otros, puestos al trabajo a partir de un punto de no-saber.

3. El Cartel y la producción de saber

Presento aquí una hipótesis: el cartel es el espacio propicio para hacer la experiencia de la producción de un saber propio.

En la "Teoría de Turín sobre la Escuela sujeto", Miller sostiene que la Escuela es una experiencia inaugural "en la medida en la que inaugura un nuevo sujeto supuesto saber, y que su historia es una serie de fenómenos analizables". [4]

Habitar la Escuela implica poner en juego la propia relación con el saber.

Por eso, la Escuela y el cartel van juntos. Porque la Escuela de Lacan es el lugar de un saber inédito que se contrapone a la estructura del saber universitario, aunque se lean los mismos textos, aunque se debatan los mismos temas. El saber que surge de la experiencia del cartel es un saber que no es definitivo sino contingente, surgido de la transferencia de trabajo. En efecto, en el cartel el saber que cuenta, ese al que apuntamos, no es el que está escrito en los libros, sino el que todavía no se sabe porque está en el "por-venir".

4. La inmersión en el cartel [5]

Hace poco, en una de sus últimas intervenciones, Miller decía que es necesario repensar la formación de los analistas en el tiempo presente y no solo la formación de los jóvenes. Recordaba, en esa misma ocasión, que Lacan trataba de generar en su Escuela un medio de inmersión y que cada uno tratara de nadar allí como podía… con sus recursos y con su estilo.

Hay que agregar que la inmersión de cada uno en la Escuela implica tener que aprender a nadar con una falla en el saber, un agujero estructural: no hay definición del analista, no tiene esencia. Cada uno construye el borde de ese imposible de saber. Cada uno se las arregla como puede con ese real. Pienso que el cartel es el dispositivo más adecuado para esa inmersión. Zambullirse en el trabajo de cartel es nadar en el ámbito epistémico propuesto por Lacan para su Escuela, con otros con quienes se comparte una misma causa, pero soportando la soledad que implica para cada uno su lazo con la causa analítica y allí, nadando en aguas templadas, ir construyendo un saber posible sobre lo que siempre estará en fuga.

5. Un pequeño recuerdo, marca inaugural de mi formación

Era el momento de mi participación por primera vez en un cartel. Residía desde hacía poco en Italia, me costaba todavía esa lengua extranjera. No tenía la menor idea de lo que era un cartel, pero sabía que Lacan lo había propuesto y yo estaba allí, quería participar, necesitaba aprender, deseaba formarme. No recuerdo el tema ni el rasgo. Había palabras que todavía no entendía y a veces me costaba seguir la conversación. Lo que sí recuerdo fue mi sorpresa y mi pánico cuando me propusieron hacer una primera presentación. Había ido a tomar nota del saber del Otro, pero el Otro se descompletaba y me demandaba que pusiera en juego mi propia causa, la pregunta que me atravesaba… –concernía a lo femenino, eso sí lo recuerdo–. Soportando la angustia, descubrí que entre una referencia y otra de Lacan, hilvanando mis preguntas y sus respuestas, en ese diálogo íntimo y con los otros, se empezaba a escribir el trayecto de mi formación, donde lo que importaba era el pequeño trozo de saber que se producía en mí como efecto del ir y venir entre soledad angustiosa con los libros que estudiaba en mi idioma, las preguntas que me interpelaban y los intercambios en el cartel, donde comencé a hablar en esa Otra lengua que es la del psicoanálisis.

Aquella experiencia fue inaugural porque habilitó una nueva relación con el saber y con la Escuela de Lacan que se inscribía ya en el horizonte de mi deseo.

NOTAS

  1. Lacan, J., (1964) "Acto de fundación", Otros escritos, Buenos Aires, Paidós, 2012, p. 251.
  2. Miller, J.-A., "El Cartel en el mundo", [en línea] https://www.wapol.org/es/las_Escuelas/TemplateImpresion.asp?intPublicacion=10&intEdicion=3&intIdiomaPublicacion=1&intArticulo=293&intIdiomaArticulo=1
  3. Miller, J.-A., "¿Por qué una Escuela?", Cuadernillos del pasador, [en línea] https://wapol.org/es/las_escuelas/TemplateArticulo.asp?intTipoPagina=4&intEdicion=1&intIdiomaPublicacion=1&intArticulo=288&intIdiomaArticulo=1&intPublicacion=10
  4. Miller, J.-A., "Teoría de Turín. Sobre el sujeto de la Escuela", La Carta de la Escuela en movimiento Nº 122, Mayo 2002, EOL.
  5. Miller, J.-A., "El desbroce de la formación analítica", 2001, [en línea] https://elpsicoanalisis.elp.org.es/numero-2-3/el-desbroce-de-la-formacion-analitica/