4 Más uno

NUEVA SERIE #1

Apertura de las 2ª Jornadas de carteles de la EOL

Oscar Zack

Se realizaron hoy las Segundas Jornadas de Carteles de la EOL. Jornadas que recogen las declaraciones de los catálogos 1993 y 1994.

Podríamos comenzar con una pregunta: ¿Por qué realizar estas Jornadas?

La respuesta no se hace esperar ya que el Cartel, dispositivo inventado por Lacan al servicio del discurso analítico y no de la institución analítica, fue definido como el órgano de base de la Escuela. A lo que podríamos agregar la afirmación de J.-A. Miller: “el cartel es la enseñanza de Lacan en acto”.

Al mismo tiempo podríamos recordar que en los estatutos tanto el Cartel como el GEM, son definidos como grupos de trabajo, medios por los cuales la Escuela se propone el cumplimiento de sus fines: hacer avanzar el psicoanálisis, restaurar su verdad, transmitir su saber, ofreciéndolo al control y al debate científico, orientado a aquellos que así lo deseen, proseguir con Lacan, en el campo abierto por Freud.

En estas líneas podemos afirmar que estas Jornadas son un momento de escansión que permiten verificar el trabajo de Escuela, trabajo que podemos certificar que se ha realizado, ya que casi cien presentaciones que se han propuesto dan testimonio de ello.

Testimonios que nos permitirán constatar el saldo de saber que la experiencia promueve, así como lo que el Cartel enseñó o permitió aprender.

Ahora bien, me pregunto: ¿Qué es lo que motiva esta producción? ¿Qué tiene de particular el Cartel que genera estos efectos?

Recordemos que la lógica de este dispositivo no regula lo fenoménico mismo, sino que impone la provocación al trabajo (a través del Más Uno) generando las condiciones para la producción de cada uno de los cartelizantes, proceso que se desenvuelve bajo los efectos de una transferencia de trabajo que permita producir una subjetivización de la enseñanza. En esta línea, el Cartel hace su aporte al discurso analítico. Por lo tanto, podemos ubicarlo como una contraexperiencia al discurso universitario y a la enseñanza que este discurso dispensa.

¿Por qué? Porque la inscripción como miembro cartelizante implica un compromiso, una promesa de trabajo que compromete al que formula: compromiso y promesa que se concretiza a través de la producción de un escrito en el cual y por el cual el sujeto no solo expone sin que también se expone.

Estamos entonces frente a un pasaje: de la exposición en el Cartela la exposición al conjunto de la Escuela, a través de estas Jornadas. Y si de pasajes hablamos nos permite ubicar el franqueamiento de un cierto umbral donde podemos ubicar a la suficiencia, que implicaría no necesitar hablar, y de la beatitud, posición subjetiva que supone una renuncia al trabajo.

Se trata entonces de afrontar la experiencia subjetiva que encierra esta decisión. Decisión que en tanto manifiesta un deseo, es ubicable en el sesgo del temor sin piedad.

Hablar es exponerse y exponerse es (parafraseando a Colette Soler) renunciar al agalma garantizado y, aunque suene un poco fuerte, concluir en que lo que se garantiza en la exposición es la castración.

Si bien el Cartel es un grupo, trabaja en contra de los efectos del mismo, en tanto este nos invita a dormir en el anonimato, aquel está al servicio del despertar produciendo, exponiendo a cielo abierto, en nombre propio, eligiendo un tema de trabajo que queda definido como un rasgo singular de cada cartelizante.

Un escrito en nombre propio. Dos cuestiones fundamentales a considerar si pensamos en un Cartel. Tal como escribía M. Foucault: “la escritura se despliega como un juego que va infaliblemente más allá de sus reglas, y así pasa al exterior. En la escritura no se trata de la manifestación o de la exaltación del gesto de escribir, no se trata de prender al sujeto con sus alfileres en un lenguaje, se trata de la abertura de un espacio en el que el sujeto que escribe no cesa de desaparecer”., Desaparición que no significa anonimato. Cada escrito tiene su autor. “El hecho que se pueda decir «esto fue escrito por…» … indica que ese discurso no es una palabra cotidiana, indiferente, una palabra que se va, que flota y pasa, una palabra que debe recibirse de cierta manera y que debe, en una cultura dada, recibir cierto estatuto”.

Quizás sea una osadía, pero me animo a afirmar que los que estamos aquí confluimos en un deseo: proseguir con la enseñanza de Lacan en el marco de la Escuela y de esta forma hacer avanzar el psicoanálisis.

La apuesta de la EOL, sin lugar a dudas, se ubica en este sesgo y es en el Cartel en donde la misma tiene sus puntos de apoyo.

Para concluir, tomo prestadas las palabras de J. Lacan en el Acto de fundación de 1964:

“Los que vengan a esta Escuela, se comprometerán a cumplir una tarea sometida al control interno y externo. Se les asegura en ese intercambio que nada se ahorrará para que todo lo que hagan de valedero tenga la resonancia que merece y el lugar que convenga”.

Es el deseo del actual Directorio de la EOL y por lo tanto de la Secretaria de Carteles y GEM que estas Jornadas se constituyan en el marco propicio para lograrlo.

Muchas gracias.