4 Más uno

NUEVA SERIE #1

El “más-uno”

Adrián Scheinkestel

Luego del acto de fundación (1964) y una vez hecha la experiencia del cartel, Lacan en Desescolaje,[1] afirma su formalización: El punto 2 precisa: “La conjunción de los 4 se hace en torno a un “más-uno” que, si bien es cualquiera, debe ser alguien. Está a su cargo velar por los efectos internos de la empresa y de provocar su elaboración”.

Se trata, en esta oportunidad, de poner en circulación una serie de reflexiones que tienen como fuente la enseñanza de Lacan, sus indicaciones con respecto al cartel, la experiencia que ha tenido de esto la EFP, la Escuela de la Causa Freudiana y la que ha habitado entre nosotros en los últimos años, y que se trata de actualizarla, en función de una práctica fundamental de la EOL, indudablemente, y que tendrá su otro pilar en ocasión de la institución del Pase.

Focalizaré la cuestión en relación al más-uno.

Su ubicación no es ajena a los distintos puntos de referencia que tomemos de la enseñanza de Lacan, en diversas épocas no contradictorias.

Una primera, que sitúa al más-uno como alguien encargado de una función tercera, simbólica, que opera en relación al eje imaginario de la identificación grupal (esto se puede pensar desde el esquema L), que hizo pensar en una función que podría inclusive prescindir de la presencia.

El más-uno, podría así, operar desde una ausencia, puro significante, representante de un grupo de personas reunidas a trabajar.

Esto lo llevó a precisar en 1980, lo que había propuesto en 1964 en su acto de fundación: el más-uno puede ser cualquiera, pero debe ser alguien, subrayando de este modo la necesidad de una presencia. Esta, si bien no anula la determinación significante, el efecto de una elección hecha por cuatro personas, en ausencia del más-uno, por otro lado, mantiene indisimulable, otra dimensión, puesta en juego en todo grupo humano, la del objeto, aquello que se soporta desde el malestar.

El más-uno trata con su presencia y su práctica, de no alimentar el olvido inherente a toda elaboración colectiva, que como toda circulación significante queda disimulado el objeto del que se trata.

Otra forma de abordar la misma cuestión, sería, como lo hace J.-A. Miller, relacionando el término de más-uno, con el menos-uno,[2] ya que el más-uno descompleta al grupo, no lo hace completo, se cuenta pero hace función de falta, y se pasa así de la lógica del todo y la excepción a la del no-todo.

Esta última es posible por el lado de la presencia. ¿Pero qué presencia?

Lacan le hace soportar una carga al más-uno; dice: “velar por los efectos internos de la empresa y provocar su elaboración”.

Quizás sea en este punto que cabe la pregunta acerca de si hay diferencia entre grupo y cartel, y consecuentemente, entre líder y más-uno.

Como bien lo precisa Guy-Trobas, en su artículo publicado por EOLIA,[3] no es por el lado de la denegación que hay que comenzar, por ejemplo, afirmando “el cartel no debe ser un grupo” o ubicando al cartel como un antigrupo y el más-uno como una negación del líder, un anti-líder.

“El más-uno, si no se confunde con el efecto líder, funciona entretanto” afirma Trobas.

A través del dispositivo del cartel, se puede llegar a que esa experiencia sea enseñante.

Partir de esa posición, para en algunos momentos, leer los efectos de la práctica del más-uno, de los que ella es producto, e intentar limitar sus efectos.

Más-uno, es el significante nuevo que Lacan cifró para dar cuenta del punto de mayor densidad imaginaria (la identificación al líder), haciendo signo de un real, nudo que Lacan nombra como “lo imposible de disolver en todo grupo”.

Por último, el más-uno es aquel que provoca en el cartel la puesta a cielo abierto de lo producido, el pasaje de lo privado de la intimidad del pequeño grupo, a lo público, “exterior” que le posibilita a los miembros, recibir su propio mensaje en forma invertida y verificar la extimidad de su goce.

Publicado en: El Caldero de la Escuela N° 15. Setiembre de 1993.

NOTAS

  1. Lacan, J., 11-3-1980. El Cartel en el Campo freudiano. Fascículos de psicoanálisis. Buenos Aires. Eolia. 1991.
  2. Miller, J.-A., “Cinco variaciones sobre el tema de la elaboración provocada”.
  3. Trobas, G. Ibid [1] “Del grupo al cartel del líder al ´más-uno´”.